content2-3 minutes 11/29/2024
Ferit se quedó paralizado, atrapado en la intensidad de la mirada fija de Halis. Los ojos de su abuelo no daban lugar a evasivas, no había espacio para mentir. La pregunta había sido directa, sin ambigüedades, y resonaba en su mente como un eco que no podía escapar: ¿Es reciente o no?
El joven intentó desviar la mirada, buscando una salida, un resquicio de esperanza donde pudiera hallar una respuesta que no fuera tan destructiva. Su corazón latía con fuerza en su pecho, el sudor le perlaba la frente, y la mente le daba vueltas, intentando encontrar una solución. Sabía que si mentía, las consecuencias podían ser devastadoras. Halis no solo era un hombre de principios, sino alguien con el poder de destrozarlo todo si descubría la mentira.
Sin embargo, la verdad sobre la foto publicada en el periódico era mucho más peligrosa. Si era sincero, podría desatar una cadena de eventos incontrolables. La imagen comprometía a toda su familia, y la mínima pista de la verdad podría ser la que lo llevara directamente a la prisión. El fotógrafo que había tomado la foto, si decidía denunciarlo, no había manera de escapar a las consecuencias legales. Ferit podía ver cómo todo su mundo se desmoronaba frente a sus ojos.
Pero lo peor de todo no era la posibilidad de perder su libertad. Lo que realmente lo aterraba era la idea de que Seyran, su esposa, aún no sabía nada sobre la verdad que él escondía. La idea de que ella pudiera descubrir todo lo que había estado ocultando lo atormentaba. ¿Cómo reaccionaría al enterarse de que su marido había mentido, y que la imagen publicada ponía en riesgo no solo su futuro, sino el de toda su familia?
Ferit miró a su abuelo, que mantenía la misma expresión impasible, esperando una respuesta. Y en ese momento, todo lo que había construido, todo lo que había logrado, parecía estar al borde del abismo. ¿Cómo podría seguir adelante después de decir la verdad? O, por el contrario, ¿debería seguir ocultando todo, aunque ello implicara arriesgar más?
Sabía que no quedaba mucho tiempo. La trampa se cerraba con cada segundo que pasaba, y su vida, tal como la conocía, estaba a punto de cambiar para siempre.