content2-2 minutes 11/29/2024
Fina estaba concentrada en reorganizar los estantes de la tienda cuando, de repente, Santiago entró. Con las manos colgando y los ojos rojos por el alcohol, su rostro reflejaba frustración. Aunque había sido rechazado varias veces, esta vez no pudo controlar la ira que sentía. Se acercó a Fina, su voz tensa y llena de enojo:
“¿Por qué no puedo ser yo? ¡Él no merece estar contigo! Solo quiero llevarte al cine, ¡solo una vez!”
Fina dio un paso atrás, asustada, tratando de mantenerse tranquila mientras explicaba:
“No entiendes nada. No quiero ir a ningún lado contigo. Eres solo un amigo, y ya tengo a alguien a quien quiero.”
Pero Santiago no aceptaba la respuesta. Avanzó hacia ella, tomó su mano con fuerza, intentando retenerla. En ese momento, la puerta se abrió de repente, y Carmen, una compañera de trabajo de Fina, entró acompañada de un cliente.
Santiago, interrumpido por la aparición inesperada, soltó la mano de Fina y, lleno de furia, salió de la tienda. Fina se dejó caer al suelo, su cuerpo temblando, sabiendo que no podía seguir soportando esa obsesión, pero también comprendiendo que esta lucha aún no había terminado.