Lope, con la paciencia desbordada por los susurros y las miradas furtivas que se cruzaban en La Promesa, decidió tomar cartas en el asunto. Harto de las insinuaciones y los secretos, acorraló a Teresa, Vera y Marcelo, exigiendo respuestas. La tensión en la habitación era palpable. “Sé que algo está pasando, y estoy seguro de que tiene que ver con el Duque de Carril”, espetó Lope, clavando su mirada en Marcelo. El mayordomo titubeó, nervioso, mientras Teresa intentaba suavizar la situación. “Lope, son solo rumores, cosas que la gente dice para pasar el rato. No hay nada que temer”, aseguró ella, tratando de sonar convincente. Pero Lope no estaba dispuesto a creerla. Los ojos del joven se habían vuelto como águilas, escudriñando cada gesto, cada palabra. “Rumores, ¿eh? Pues esos rumores tienen un olor muy sospechoso. Y tú, Marcelo, estás demasiado nervioso. ¿Qué escondes?”

Ante la insistencia de Lope, Marcelo se vio obligado a confesar una parte de la verdad. “Es cierto, hay algo que no te hemos contado”, admitió, mirando a Teresa con culpa. “Pero no es nada grave, te lo juro.” Teresa, al ver que la mentira se estaba desmoronando, decidió contarle todo a Lope. Reveló que el Duque de Carril había estado visitando la mansión en secreto, y que había tenido varias conversaciones privadas con Marcelo. Además, mencionó los extraños regalos que el Duque había dejado para Vera. Lope quedó atónito. No podía creer que sus peores sospechas se hubieran confirmado. El Duque de Carril, un hombre tan poderoso y misterioso, estaba involucrado en algo turbio. Y lo peor de todo era que sus amigos más cercanos, Teresa y Marcelo, estaban involucrados en ello.6

Sin embargo, Lope no se quedó de brazos cruzados. Decidió investigar por su cuenta, decidido a descubrir la verdad. Comenzó a hurgar en los cajones de Marcelo, buscando cualquier pista que pudiera llevarlo a desenmascarar al Duque. Mientras tanto, el Duque de Carril, al enterarse de que Lope había descubierto sus secretos, decidió tomar medidas drásticas. Enviando a sus hombres más confiables, ordenó eliminar cualquier evidencia que pudiera incriminarlo. La tensión aumentó en La Promesa. Lope, cada vez más cerca de la verdad, se convirtió en un blanco para el Duque. Pero el joven no se dejó intimidar. Con la ayuda de algunos aliados inesperados, se dispuso a enfrentar al poderoso Duque y poner fin a sus intrigas. La historia de Lope se convirtió en una emocionante búsqueda de la verdad, llena de giros inesperados y peligros ocultos. ¿Logrará Lope desenmascarar al Duque de Carril y salvar a sus amigos? ¿O será el poderoso aristócrata quien tendrá la última palabra?