La llegada de Tadeo a La Promesa no solo trae consuelo a Catalina, sino que también enciende una mecha de esperanza en el corazón de los criados. Su presencia, sin embargo, aviva rumores que amenazan con desestabilizar aún más la frágil paz de la mansión. Lorenzo y Cruz, aprovechando la confusión, aceleran sus planes para casar a Curro con Julia. Ignoran, sin embargo, que la joven tiene sus propios designios y está decidida a impedir la unión. Catalina, a pesar de su promesa de mostrarse fuerte, se siente cada vez más sola y desamparada. La ausencia de Pelayo es una herida abierta que no logra cicatrizar. Con el apoyo de Simona, decide tomar las riendas de su destino y comienza a investigar por su cuenta. Las pistas que encuentra la llevan a sospechar que la huida de Pelayo fue forzada y que alguien está tratando de ocultar la verdad.

Mientras tanto, el Padre Samuel, con la ayuda de María Fernández, transforma el fracaso de la boda en una oportunidad para hacer el bien. Organizan una colecta entre los criados para ayudar a los más necesitados del pueblo. Este acto de caridad no solo une a los personajes, sino que también revela la verdadera naturaleza de algunos de ellos.

La búsqueda de Catalina la lleva a descubrir una conexión inesperada entre Pelayo y una misteriosa figura del pasado. Esta revelación la obliga a confrontar sus miedos y a tomar una decisión que cambiará el curso de su vida. Por otro lado, Lorenzo y Cruz, cada vez más desesperados, recurren a medidas extremas para asegurar su plan. La tensión aumenta cuando Catalina y Tadeo se encuentran en peligro, y los secretos del pasado salen a la luz.  En el clímax de la historia, se revela la identidad del verdadero culpable de la desaparición de Pelayo y se desenmascaran las verdaderas intenciones de Lorenzo y Cruz. Catalina, con la ayuda de sus amigos, logra rescatar a Pelayo y restaurar la justicia. La historia concluye con una celebración en La Promesa, donde los personajes pueden finalmente respirar tranquilos y mirar hacia un futuro lleno de esperanza.