
RTVE6-8 minutes 9/23/2024
Entrevista
La actriz madrileña encarna a la duquesa Pilara en la nueva serie de época diaria de La 1, que nos traslada a la España del reinado de Carlos III
Actualizado
Ante la reñida batalla de audiencia que libran los magazines de Atresmedia y Telecinco en la franja vespertina, RTVE ha decidido redoblar su apuesta por la ficción nacional. Así, la semana pasada, la cadena pública incorporó una nueva serie diaria a su parrilla con el estreno de Valle Salvaje para ofrecer una triple ración de drama de época en las tardes de La 1 junto a La Moderna y La Promesa. La serie, producida por Studiocanal en colaboración con Bambú Producciones -también creadores de La Promesa-, traslada al espectador al siglo XVIII, a la época en la que reinaba Carlos III.
Valle Salvaje nos transporta a la España de 1763 para adentrarnos en la vida de Adriana Salcedo de la Cruz (Rocío Suárez de Puga), una joven valiente y leal a su familia, que se ve obligada a dejar la Villa de Madrid y viajar al norte del país para desposarse con un desconocido, como consecuencia de un pacto que su difunto padre había firmado en su lecho de muerte. En el ducado conocerá a su prometido, Julio Gálvez de Aguirre (Nacho Olaizola), y se alojará en casa de su tía Victoria (Sabela Arán), pero también encontrará al verdadero amor de su vida, mientras enfrenta a los peligros de investigar quién mató a su progenitor.
Familia, pasión, venganza, poder y lujuria son los ingredientes principales de esta ambiciosa ficción creada por Josep Cister Rubio, el mismo artífice de la exitosa La Promesa. El reparto combina veteranía y juventud a partes iguales, con caras como las de José Manuel Seda, Chechu Salgado, María Redondo y Manuela Velasco, quien asume su primer papel como madre, un reto que afronta con “mucha ilusión”. Tras encarnar a la inolvidable Ángela Vidal en la saga REC y a Cristina Otegui en Velvet, la actriz madrileña ahora se mete dentro del corsé de la duquesa Pilara para coprotagonizar esta serie de época, que tendrá una segunda ventana en Netflix gracias al acuerdo alcanzado por RTVE, Bambú Producciones y la plataforma de streaming.
- ¿Qué pueden encontrar los espectadores cuando vean Valle Salvaje?
- Que no se van a encontrar… Se habla mucho de pasión, amor y traición, pero es que realmente es extremo y salvaje. A veces, ni yo misma puedo creer lo que va a suceder. Es muy divertido, muy loco y sin complejos, en el sentido de que vamos hasta el fondo de todo. Además de ser enganchante, la serie es muy entretenida, con ese carrusel de tramas y emociones que te hacen pensar que no van a ser capaces de llevarlas a cabo.
- Cuéntenos sobre su personaje. ¿Quién es Pilara?
- Pilara es la gran matriarca de la serie. Es la madre de Julio, Rafael, Irene y Alejo; la esposa de José Luis y la hermana de Mercedes. Es un personaje que vive ocupada y preocupada por mantener a la familia unida y que no les suceda nada. También es la duquesa de Valle Salvaje y vive en la Casa Grande. El matrimonio vivía antes en las Cortes, pero, nada más casarse, le diagnosticaron a Pilara una enfermedad, y el médico recetó para su supervivencia que se fueran a vivir a otro clima. Así es como llegaron al palacio.
- ¿Cómo se siente con el vestuario?
- Sinceramente, me parece un infierno. Ya había hecho ficción de época antes y había llevado corsés, pero esto es otro nivel. Los primeros días, no podía respirar y me dolía muchísimo, pero me dije a mí misma que sería normal hasta que me acostumbrara. Sin embargo, llegaba al camerino, me lo quitaba y tenía sangre de las ballenas por haberlo llevado durante tantas horas. Al principio, nos pasaba a todas que no podíamos respirar y que nos mareábamos. Ahora entendemos por qué las mujeres de esa época se desmayaban tanto.
- ¿Y cómo aprende a moverse con todas esas capas y prendas?
- Nazaret Troya, que también fue la coreógrafa del baile que sale en el primer capítulo, vino a enseñarnos cómo movernos, cómo sentarnos, desde dónde tocarnos o mirarnos, cómo saludar y cómo hacerlo según el rango. Han sido muchas cosas a las que hemos tenido que acostumbrarnos. Es extrañísimo al principio, pero luego se convierten en hábitos que acabas integrando en tu vida real sin darte cuenta.
- Pero tiene que facilitar el proceso de construcción del personaje, ¿no?
- Sí, es como si el cuerpo te ayudara a construir otra cabeza, otro tipo de pensamientos.
- Y eso sin mencionar todavía el lenguaje del siglo XVIII…
- Claro, esa es otra. Hay muchísimo trabajo que diferencia esta serie de otras que he hecho, y esa diferencia es, evidentemente, la época. No sólo tiene que ver con el vestuario, el maquillaje y la peluquería -que, por cierto, no llevamos pelucas, es todo nuestro pelo-, sino también con la preparación de los guiones por el tema del lenguaje. En otras series diarias, el guion puede dar pie a la improvisación sin que nada cambie, pero en este caso es distinto porque la forma de comunicarse, de relacionarse y de estar es tan medida y compleja que resulta casi imposible. Los personajes no se abrazan y apenas se tocan, así que hemos tenido que aprender a encorsetar nuestra propia manera de ser y actuar también. Es una serie que se ensayó mucho antes de empezar a rodar. Hubo un proceso previo muy intenso.
- ¿Qué ha sido lo más difícil de encarnar a Pilara?
- Dar el paso e interpretar a una madre. Tengo una edad complicada. Tengo 48 años y, hasta ahora, sólo había interpretado a chicas jóvenes, pero ya no estoy para eso, ni siquiera el físico acompaña. Estoy en una edad difícil de ubicar y, sinceramente, estoy agradecida de que se me haya dado la oportunidad de pasar a ser una mujer, que es madre y que, además, madre de chicos ya crecidos.
- ¿Qué significa dar este salto concretamente con Bambú Producciones?
- Es la tercera vez que trabajo con Bambú; he crecido con ellos, así que que me coloquen en otro lugar me hace muy feliz, porque supone una forma de supervivencia dentro de este oficio. Esta supervivencia depende de que empiecen a verme como madre. Estoy muy agradecida, y este papel me da una tranquilidad que rara vez tenemos en esta profesión, pero creo que con él se abre un nuevo camino para mí.
- ¿Y qué aprendizaje llevas de este primer papel de madre?
- Que hay otras cosas en juego en la vida de ese personaje. Generalmente, cuando estás en el otro rango de edad, eres tú abriéndote el camino, luchando por ti, buscando tu lugar en el mundo. Pero cuando eres madre, tu motor es otro, y en el caso de Pilara es la de sostener a su familia.