El final de La Moderna es una realidad. La serie diaria de La 1 se prepara para despedirse de los espectadores, aunque todavía quedan unos meses para seguir disfrutando de sus tramas. Una de las historias que más ha cautivado a los espectadores ha sido la relación de Cañete (Calos Librado) con Teresa (Sara Rivero). Se hicieron de rogar, casi dos temporadas, pero por fin dieron un paso al frente y decidieron estar juntos.

Sin duda, Cañete es uno de los personajes más queridos por los espectadores gracias a su carisma y la historia de amor con Teresa. El actor que le interpreta es Carlos Librado, también conocido como “Nene”, tiene una curiosa historia detrás. Al igual que su compañero Jesús Mosquera, quien se incorporó al comienzo de esta última temporada, este madrileño era jugador profesional de fútbol.

Antes de dedicarse al mundo del espectáculo, Librado jugó en los equipos RSD Alcalá, el CD Badajoz, el Alicante CF, con la que conquistó la Liga de Segunda División B, y la UD Lanzarote. Una trayectoria deportiva de la que se retiró con poco más de 30 años, algo habitual en los futbolistas, por lo que paso a enfocar su carrera a su otra pasión: la interpretación, siendo la comedia el género en el que más ha destacado.

Sus comienzos como cómico le llevaron a conquistar los espectadores con monólogos en La Chocita del Loro y Paramount Comedy, algo que le llevó a participar en Zapeando o en El club de la comedia. ¿Y cómo se hizo un hueco en las series de televisión? Como la mayoría de actores, con pequeños papeles en exitosas series como Aída o B&B, de boca en boca.

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Su papel en Gigantes le dio un gran reconocimiento entre la audiencia. Gracias a la producción de Movistar+ compartió escena con Daniel Grao, Isak Férriz y José Coronado, entre otros grandes intérpretes. Desde entonces, no ha parado de trabajar en todo tipo de proyectos. Desde Por los pelos hasta la saga El guardián invisible, pasando por Los relojes del diablo.

Unos personajes con los que ha demostrado su gran versatilidad frente a las cámaras y un talento indiscutible. Y es que cambiar el rumbo de una trayectoria profesional no es fácil, y mucho menos hacerse un hueco en dos mundos tan complejos como el fútbol y las series de televisión.