content2-3 minutes 12/1/2024
Seyran salió del café donde había encontrado al periodista, sintiendo una pesada sensación de cansancio y ansiedad que le oprimía el pecho. Había hecho todo lo posible para proteger a Ferit, incluso inventando una historia sobre una amistad ficticia entre ella y Pelin, solo para evitar preguntas incómodas de los medios. Al tomar la mano de Ferit frente al periodista, Seyran solo pudo sentir la frialdad entre ellos, una distancia evidente que ambos trataban de ocultar con una apariencia de cariño, una farsa que ninguno de los dos podía seguir mucho más tiempo.
Al regresar a casa, el silencio entre ellos era como una herida que no podía sanar. Ferit intentó decir algo, pero Seyran lo interrumpió. “He hecho lo que querías,” dijo con tono frío. “Pero no esperes que olvide lo que has hecho.” Sus palabras fueron como un cuchillo en el corazón de Ferit, dejándolo sin palabras.
Ferit la miró, sintiendo por primera vez un profundo remordimiento. Se dio cuenta de que el sacrificio de Seyran no era por él, sino por el honor de la familia, y tal vez porque ella quería mantener algo de paz en esta relación rota. Fue una decisión difícil que ella tomó, no por amor, sino por su propia paz y la de su familia.
Cuando finalmente el periodista decidió no publicar las fotos, Seyran sintió una cierta tranquilidad. Pero sabía que las cosas no volverían a ser como antes. La confianza entre ella y Ferit había sido rota demasiado profundamente, y aunque intentaran, sería difícil reparar esta relación. Las grietas en el amor y el sacrificio solo eran parches temporales, y Seyran entendía que tendría que vivir con las decisiones que había tomado, aunque su corazón no estuviera en paz.