La reunión entre Kazm y Ferit en la playa se convierte en un caos cuando son atacados repentinamente por hombres desertores. Durante el tiroteo, ambos logran escapar milagrosamente con heridas leves, pero el incidente deja a Kazm profundamente afectado. A pesar de que sus lesiones son superficiales, Kazm siente como si estuviera gravemente herido y, presa del pánico, no deja de expresar su temor a Ferit, diciendo repetidamente que no va a resistir. Ferit, por su parte, intenta calmarlo, tratando de mantener la situación bajo control.
Mientras tanto, en la mansión Alcoran, el ambiente se vuelve tenso cuando Ali, furioso por las intrigas familiares y los secretos que han sido ocultados, lanza un duro discurso durante la cena. Sus acusaciones, especialmente hacia Seyran, desatan una discusión acalorada. Seyran, harta de las críticas, finalmente defiende su postura y asegura que las intrigas son responsabilidad de los miembros de la familia, no suya. Su valentía al responder provoca un impacto en todos, especialmente en Ali, quien aún más enfadado intenta reafirmar su autoridad, pero Seyran no cede.
El clima en la mansión se vuelve aún más tenso, ya que secretos familiares amenazan con salir a la luz, y algunos, como Fuat e Ifat, sienten el peso de las relaciones ocultas. Mientras tanto, en el hospital, Kazm exagera la gravedad de su herida y busca ganar simpatía de Seyran, quien, aunque preocupada, es tranquilizada por las palabras de Ferit. La familia respira aliviada al ver que ambos están fuera de peligro, pero Ali insiste en que se descubran los responsables del ataque, y le da instrucciones a Ferit para investigar.
En la mansión, Gulgun y Asuman defienden a Seyran, mientras Fakat sigue cargando las culpas sobre ella. La situación toma un giro tenso cuando Gulgun, con un comentario indirecto, lanza una crítica hacia las mujeres involucradas con hombres casados, algo que parece referirse a la relación oculta entre Ifat y Oran, lo que incomoda a Yakat. En medio de las tensiones, Ferit expresa a Seyran su deseo de comenzar de nuevo y reconstruir su relación, pero Seyran, aún dolida por el pasado, se muestra escéptica.
A pesar de sus esfuerzos por reconciliarse, la relación entre Ferit y Seyran sigue siendo frágil, y las discusiones sobre el papel de Pelin en sus vidas continúan siendo un obstáculo. La situación en la mansión y el hospital refleja un momento de creciente tensión, en el que las decisiones que tomen los personajes podrían redefinir para siempre sus relaciones y el futuro de la familia Coran.